martes, 24 de enero de 2012

La princesa


Había una vez una pequeña niña a la cual le entregaron una preciosa corona, con ella le dieron el titulo de princesa, le contaron que debía esperar a su príncipe que la hiciera feliz.
La niña ilusionada corrió a su torre donde se sentó a esperarlo, el tiempo paso y un hombre apareció de brillante armadura y sonrisa radiate, ella pensó de mi príncipe se trata, él muy galán al principio la trato como ella quiso, pero con el tiempo el amor se enfrió, ella lo amaba como el primer día pero el pareció que se cansó de ella.
Y un buen día la abandono, la dejo por una princesa mas joven y bella, la niña se sintió mal y lloro muchísimo tiempo y aquel príncipe volvió para dañarla más diciéndole que ella era su princesa mientras tomaba entre sus brazos a la otra joven. La princesa en un principio le creyó pero un día despertó del embrujo y le dijo que se fuera de su vida para siempre, sabía que no funcionaria que ese príncipe la seguiría siempre.
Así que decidió cambiar de tierras lejos de lo que fue su hogar, al hogar de una de sus tías, ella la trataba bien pero sus primas era otra historia.

Allí conoció a otra princesa que le presento a un príncipe mucho mas galán y hermoso que el primero que la trato como esa princesita se merecía, pero la historia no acabo hay, ese príncipe era de un reino muy lejano y con sus palabras decía ciertas cosas que no cumplía. Pero la princesita ciega de amor ni se percato, siguió creyendo en sus palabras vacias y sus mentiras maquilladas.
Pero un día ese príncipe desapareció como si nuca hubiera existido, cambio a la princesita por un mundo fantástico dejándola de nuevo sola en la oscuridad de aquel hogar que amenazaba con devorarla. Pero después de aquello la princesa seco sus lágrimas y decidió avanzar, tomo la corona que reposaba en sus rizos castaños, la miro, brillaba como el primer día que el rey se la puso sobre la cabeza. Se asomo a la ventana de la torre y la lanzó con todas sus fuerzas, decidió que se había cansado de ser una princesa llorica, abrió la puerta de la torre y comenzó a correr escaleras abajo con un pequeño cofre en sus manitas, ese cofre donde guardaba su corazón destrozado.
Lo dejó sobre la mesita de madera y tomo un sombrero puntiagudo que había sobre esa misma mesa y tomo el lugar donde la corona había brillado tantos años. Con un chasquido de sus dedos su traje cambio, ya no era aquel vestidito blanco inmaculado que mostraba su dulzura e inocencia, se volvió un traje negro brillante que iba acorde con el sombrero que coronaba sus rizos castaños.
Tomó el cofre de nuevo y salió al bosque, caminó hacía su castillo ya que no esperaba al príncipe, ¿para que esperar el trono? Lo reclamaría ya que era suyo.
De camino se encontró una pequeña criaturita que su atención llamo, se trataba de un dragón de brillantes escamas negras y ojos profundos que al mirarlos te sumergías en en un lago de sangre, lo tomo en brazos acariciando sus escamas mientras el animalito se acurrucaba contra su pecho.
La bruja recién nacida sonrió, no tendría jamás príncipe pero tenia a su dragón el amigo mas fiel que jamas podría encontrar.
Siguió avanzando con el dragón al hombro y el cofre en sus manos.

Llegó al castillo donde reclamo el trono, se trasformo en la señora de aquel lugar, pero siempre con su fiel dragón al lado. Escondió el cofre donde nadie lo encontrara jamás, seria su secreto y de nadie mas.
Muchos príncipes fueron reclamando el corazón de la bruja pero ella se reía de todos y cada uno de ellos, huían de sus crueles palabras y de los dientes de su gran aliado. Su dragón creció tornándose fuerte y bello.
Los días pasaron y ella sola reinaba su reino de terror, pero un día un caballero de dulce sonrisa apareció, en vez de huir del dragón que custodiaba a la bruja acarició su hocico y le pidió permiso para reunirse con la bruja. El animal atónito lo dejó pasar y con la bruja se reunió, a esta le enamoro su forma de hablar, sus gestos y su bondad pero tenia claro no volver a caer en los brazos de un hombre, así que lo reto. Si la amaba de verdad debía encontrar el cofre donde la bruja guardaba su corazón, el caballero acepto pero solo le pidió una cosa a la bruja para poder emprender esa gran misión, solo le pidió un beso.
Ella pensó que por un beso nada sucedería, pero cuando sus labios se tocaron sintió que su armadura de hielo se deshacía, dejando que su bondad se abriera paso dentro de la malvada bruja.
El caballero partió y la bruja deseando su buena ventura lo espero, el tiempo le paso eterno pero un día el caballero volvió, se inclino a los pies de la bruja y le mostró el cofre que ella tan bien había escondido, al abrirlo ella se sorprendió su corazón volvía a estar intacto y sintiendo lo que jamás había sentido, procesando un gran amor por aquel caballero. La bruja lo obligo a levantarse del suelo y a tomarla en sus brazos, el prometió no dejarla jamás y cuidar aquel pequeño cofre con su vida.
El caballero la beso y la entregó otra cosa aparte del cofre, lo llevaba envuelto en un pañuelo te tela brillante y hermoso, ella lo abrió despacio y encontró la que había sido su corona desde niña. 
Ella lo dejo en su trono y el caballero sorprendido la pregunto que porque no la volvía a posar en sus rizos castaños, la bruja con una gran sonrisa le contesto que esa corona sería para la princesa de ambos que sería la mas bella y buena.
La bruja fue feliz con el caballero y descubrió que no debía pensar que la felicidad se encontraba donde estuviera un príncipe azul, sino que la felicidad se encuentra al lado de quien lucha por obtener tu amor y lo cuidara como un gran tesoro.  

lunes, 23 de enero de 2012

Capitulo 14 El plan


Esa mañana al llegar con Erik al instituto nos encontramos con todos no solo Damien, sino que también estaba Melani, su chico y el tímido de Jack. Era un chico más extraño que Damien o Melani. Me llamaba la atención porque también miraba a Erik como si fuera un bicho raro, en cambio Melani era igual que él, se pasaban las horas juntos. Y mi Damien simplemente mantenía las distancias.
Abrazada a Damien veía llegar Elena que me hizo una seña para que fuera con ella, con la mano le hice la seña de que ahora iba.
-Damien ahora vengo voy a hablar con Elena que tenemos que hablar de chica a chica- Él asintió con la cabeza haciendo que todo su cabello negro se moviera y me soltó poco a poco, como si su cuerpo se negara a hacerlo.  
Fui corriendo hacía Elena.
-Bueno Kasi confiesa que plan maligno maestro tienes, porque la cara de ayer significaba eso- Elena era la que más me conocía, y más con nuestro lenguaje silencioso.
-Vale Elen, te explicó, pues mi plan maligno es convencer a Damien para que comparta habitación con Erik y por otro lado convencer a Erik para lo mismo.
-Ua eso es un suicidio puedes intentarlo pero no lo conseguirás.
-¿Que no?, la cara de pena hace mucho querida- Las dos nos echamos a reír.- Es que los demás no van y yo no quiero ni que Damien ni Erik estén solos.
-A la hora del patio convences a Damien y en le coche a Erik. Como Erik a la hora del patio esta haciendo el tonto con Melani no se dará cuenta del plan.
-Y luego soy yo la mala ¿no?
-Claro, jeje yo soy la secuaz.
Entre risas volvimos al grupo que nos esperaba para entrar.

A la hora del patio empezaba el plan, Elena me miraba sabiendo que me tocaba actuar.
-Damien, cariño ¿podrías hacer algo por mi?
-Por supuesto corazón, ¿que es?- Mire directamente a sus ojos de plata.
-Pues en el viaje de fin de curso si podrías compartir habitación con Erik- antes de que empezará a rechistará le puse el dedo en los labios- no he acabado de hablar, pues es que en ti confió y no quiero que ni él ni tú estéis solos. Porque tu eres mi novio y te amo pero el es mi mejor amigo y también le quiero.- Use todo el poder de mi mirada de buena niña y inocencia juntas. Pude ver como soltaba el aire despacito mientras seguía con sus ojos en los míos.
-Vale, lo haré por ti, pero solo por ti.- Sonreí con la sonrisa más radiante que tenia.
-Gracias amor, sabia que podía confiar en ti.- Bese sus labios fríos como el hielo, el contacto con ellos era muy agradable, dulce y tan apasionado que fue el timbre el que hizo que nuestros labios se separaran.
Las clases pasaron como todos los días, al salir del instituto Elena me deseo suerte con la segunda fase del plan.

Al llegar al coche volví a notar esa energía fluir de él, pero no era para darle mucho asunto y empecé con la fase dos del plan.
-Erik, quería comentarte una cosita.- Con el coche parado todavía en la puerta del instituto allí me sentía segura ya que sentía ganas de correr hacía Damien, porque esa energía me inquietaba.
-¿Que cosa es Kasia?- que me llamara por mi nombre completo, me escamaba, nunca me había llamado así y no va a empezar en ese momento.
-Bueno pues que si en el viaje podrías compartir habitación con Damien. -Mire sus ojos en los cuales el chocolate empezaba a oscurecerse.
-Jamás, olvidalo.- Intente buscar en ellos al Erik que con solo una mirada de pena podía convencer pero allí no lo encontraba.
-Por favor, no quiero que ninguno de los dos estéis solos. Él es mi novio y lo amo pero tu eres mi mejor amigo y te quiero, necesito la unión de los dos.- Con mis palabras me pareció que movía algo en aquellos ojos, rescataba algo que siempre había estado.
-De acuerdo, tu ganas, lo haré.- No pude resistirlo y me abrace a su cuello, al notar el contacto de mis brazos sentí como se ponía en tensión acariciando mi espalda, pero sus caricias era extrañas como si deseara mi cuerpo. De repente la energía desapareció y el abrazo se volvió inocente.
Por lo bajo empecé a oír su risita tonta.
-¿Que pasa?- Él simplemente siguió riéndose, cuando me di cuenta de lo que se reía empecé yo también. Me había enganchado el pantalón y le había echo un bonito boquete dando a ver mi bonita ropa interior con mi amado osito rosa.- No te rías, que no tiene gracia.
Solo decir esas palabras a él le entro un ataque de risa que se me pego y entre carcajadas consiguió decir una frase:
-Y te quejabas de que Damien te compro mucha ropa, pero como vayas a pantalón por día no habrá suficiente.
-Muy gracioso Erik cariño.
Le lleve para su casa mientras él seguía riéndose. Y al bajar tuvo que soltar una gracieta sino todo hubiera sido muy soso.
-Espero que vayas directa a casa, porque el oso es mono pero no lo vayas enseñando, a lo mejor a Damien no le gusta que lo excesivas.- Se echo a reír mientras yo le miraba mal.
-Mañana te quedas aquí, no pasaré a por ti.
-¡Te espero mañana osita!
-Como se te ocurra llamarme así delante de alguien te crujo.
-Que es coña cari jeje, hasta mañana.

Di la vuelta al coche mientras él iba para su casa riéndose.
Al llegar a casa me cayó la bronca del mil a causa del agujero, era de esperar, así que baje la cabeza y asentí a la bronca.
 
El resto de la semana paso rapidísimo porque fue entera de preparativos para el gran viaje.
El día antes del viaje quedamos todos para hacer una acampada, fue idea de Melani ya que ellos no venían.

domingo, 15 de enero de 2012

Capitulo 13 Conspiración


El vampiro se reunió con el hechicero de cabello blanco y ojos negros como la noche, él tenia una oferta por el tesoro de la joven.
-Tendrás que obtener a la joven, ¿te ves capaz de ello?, piensa en todo lo que te ofreceré.- El vampiro lo miraba, estudiaba su rostro buscando la mentira en sus ojos, no había nada solo oscuridad.
-Claro que seré capaz ¿Dudas de mi? Porque tu hechicero cayera no quiere decir que yo también.-el hechicero asintió con una sonrisa en sus labios.
-Lo único que entorpecerá tu misión sera Damien, ese vampiro es poderoso y defenderá a la chica con todas sus fuerzas.
-Lo se, pero no sospecha de mi, nunca lo ara.- La sonrisa del hechicero se hizo más deslumbrarte.
-Si lo consigues la recompensa será tuya, te acusaran de traidor y no te miraran a la cara, pero recuerda, podrás ser humano tu y quien tu elijas, quiero que compartas lo que te doy. Te deseo suerte vampiro, no me falles.
El vampiro desapareció mientras el hechicero esperaba que esa vez su enviado no fallará.

*
Por la mañana al llegar a la puerta del instituto con Erik nos encontramos a Damien, corrí hacía sus brazos para notar su tacto frío y dulce. En sus brazos oí como saludaba a Erik con fría cortesía como siempre mientras Erik le saludaba con la dulzura de siempre.
Note tres fogonazos de energía y Damien se puso tenso. Me di la vuelta y vi acercarse a una muchacha rubia acompañada de dos chicos uno rubio como ella y otro castaño. Ella tenia los ojos violetas, llevaba una sonrisa de oreja a oreja e iba de la mano del muchacho castaño de ojos marrones. El chico rubio de ojos verdes, un verde fuego no como los míos que son verde hoja, se acercaba con las manos en los bolsillos.

La chica me miro y luego dirigió su mirada a Damien mientras Erik tenia cara de extrañado.
-¡Hola Damien! Te estuve esperando pero no aparecisteis- Me sonrió mientras se acercaba- Hola Kasi,- Miro a Damien- Ui que tonta, soy Melani, el es Matt mi novio- Señalando al chico castaño que caminaba a su lado- Y el es Jack un amigo- Señalo al muchacho de ojos de fuego verde.
Me extrañe muchísimo al oírla llamarme Kasi si yo no la conocía.
-Melani ella no te conoce- Su mirada era inquisidora como si ella fuera su hermana, pero aun así no me soltó de sus brazos.
-Es que Damien habla tanto de ti que es como si ya te conociera- se acerco a mi depositando un beso en cada una de mis mejillas, su tacto era frío como el de Damien. Entonces me percate de Erik, pobre le estaba ignorando, es que con tanta sorpresa de alguna manera la tenía de cagar.
-Perdona cariño- Me volví hacía Erik cogiendo su mano y deshaciéndome de los brazos protectores de Damien- El es Erik mi mejor amigo, anda y aquella que viene por allí es Elena mi otra mejor amiga.
Melani le observo con sus grandes ojos violetas. 
-¡Es un placer conocerte!-Se acerco a él corriendo y deposito otros dos besos en sus mejillas- Siento que nos llevaremos bien, y no se porque, je
Yendo para clase Erik fue caminando y hablando con Melani, bueno quien dice hablar dice gritar y también quien dice andar dice saltar.
-Has visto Kasi que amiga a encontrado Erik- Elena me miraba con sus ojos tranquilos mientras nosotros si que caminábamos tras ellos- así no nos toca tenerlo saltando a nuestro alrededor, jeje eso es bueno.
-Jeje y tanto que es bueno, lo malo será mañana que nos vamos de compras, bueno que somos arrastradas de compras y fijo que Melani se apunta.
-Eso no lo dudéis- Damien se hecho a reír.
-Bueno así seremos tres para probarnos ropa, y ella se probara más que nosotras- Me eche a reír después de oír la reflexión de Elena y saber que tenia razón, Damien asintió.
 El resto del día paso con su ritmo lento-normal mientras Erik seguía con Melani haciendo el tonto.

Por suerte el centro comercial no estaba lleno ni mucho menos, fuimos los planeados, Elena, Erik y yo para comprar ropa para el viaje de fin de curso de la semana siguiente, Damien para llevar las bolsas y Melani de asesora de Erik.
Era el caos total Elena y yo ya estábamos perdidas porque gritaban nuestros nombres por las dos bandas Melani y Erik, mientras Damien sonreía al vernos echas un lió. 
Creo que nunca me he probado tanta ropa en mi vida y aun menos comprada porque entre el dinero que llevaba yo y los regalos de Damien ya no es para el viaje sino que tengo para renovar el armario entero.
De vuelta en el tren estaba apoyada en Damien, él me rodeaba con los brazos y me acariciaba el pelo. Erik y Melani revolvían bolsas en busca de alguna cosa. Elena miraba todo lo que se había comprado y los regalos de Melani.
-Creo que me has regalado demasiadas cosas, tengo para renovar todo el armario.
-Estoy de acuerdo Elena, tu también te has pasado Damien. 
-¡Que tontas que sois todo eso os queda maravilloso! ¡Mel mira lo encontré por fin!- Saco de una de las bolsas una camisa negra guapísima, que a él le quedaba grande y no era el estilo de Melani.
-No lo habréis hecho ¿verdad?- Damien los miraba a ambos mientras ellos sonreían.
-Por supuesto es para ti, te quedara tan bien- Parecían gemelos ya hablaban hasta a la vez y se reían por ello.
Desde la llegada de Melani no había vuelto a aparecer aquella energía procedente de Erik, sería que ella lo mantiene muy entretenido con su locura compartida.

Mientras estábamos en el tren recordé que en clase nos habían dicho que las habitaciones, para variar los chicos y las chicas separados, cada habitación era de dos. No quería que ni Damien ni Erik estuvieran solos, así que tenía un nuevo reto del día, o de la semana, convencerlos de que compartieran habitación. Levanté la mirada y me encontré con los ojos de Damien que me miran con sorpresa. Aparté rápido la mirada no fuera a ser que por mi cara sospechara que maquinaba algo, miré de frente donde estaba sentada Elena y al lado de ella Erik y Melani.
Elena al ver mi cara sonrío, ella me conocía y ya sabía que maquinaba algo, vi su mirada cómplice diciéndome que le explicara mi plan. Le hice un gesto rápido con la mano para indicarle que después, ella asintió, las dos nos echamos a reír por nuestra conversación en silenció. El resto de nuestros amigos nos miraban extrañados.
-¡Ala! Que malas ya han hablado entre ella sin decir nada, en serio se les da de un bien, son la ostia y yo nunca me entero de que lo hacen- Erik nos miro a ambas- Soltarlo ahora mismo.
-No, es un secreto de chicas y mejores amigas.
-Eso es, muy buen argumento Kasi, es nuestro secreto.- Me recosté más en Damien mientras me reía al igual que Elena.
Al llegar a nuestra estación me dio mucha pereza levantarme porque el tacto de Damien me encantaba lo frío que siempre estaba, pero me tuve que levantar, bueno Damien me levanto como si no pesara nada fue alucinante, me gire para mirarle y él sonreía.
Después cada uno nos fuimos a casa, Damien con su camisa y Elena, Erik y yo cargados de ropa mientras Melani sonreía ya que ella no llevaba nada.

La Charca

Me metí en la charca en busca del príncipe trasformado en rana
en medio me senté cansada de llenarme de barro por nada
Al darme la vuelta encontré a un caballero,
con una sonrisa en los labios que extendió su mano
para coger la miá llena de lodo, 
sin importarle lo más mínimo 
el barro que me cubría me tomo en sus brazos 
besando mis labios susurro
¿Que hacías ahí metida si estoy aquí?