miércoles, 21 de marzo de 2012

Capitulo 15 La acampada


Habían cuatro tiendas, tres de dos personas que las habían traído Damien y Melani y otra de una persona que era la de Elena que ella era la única que tenia tienda propia.
Al llegar al claro donde íbamos a pasar la noche tuvimos que montar las tiendas, yo me puse a montar una, nunca pensé que eso podía ser tan difícil, se desmontaba por todas partes.
Al rato de pelearme con esa maldita tienda mire a mi alrededor y vi que las otras estaban montadas y que era yo la única torpe. Me puse muy roja y le solté una patada impulsada por la ira, pero gracias a mi suerte se me engancho el pie con la cuerda, al estirar me encontré en aire, pensando que encima el culetazo sería bonito, cerré los ojos con fuerza mientras oía Elena y Erik decir mi nombre.
No di el golpe y al abrir los ojos estaba en los brazos de Damien y a mi lado Erik quitándome la cuerda del pie, y Elena a mi otro lado con los brazos extendidos.
Era alucinante lo que me llegaban a conocer todos suponían que acabaría en el suelo, Damien me miro a los ojos mientras veía como Erik iba moviendo la cabeza y Elena suspiraba del susto.
-Kasi, que susto ya te veía en el suelo, pero a quien se le ocurre darle una patada- Levantó la mirada de mi pie mientras hablaba- si no puedes montarla dilo.
-Estoy de acuerdo con él,- me soltó con suavidad en el suelo- deja amor yo la montaré.
Elena se acerco a mi mientras yo me moría de vergüenza.
-Tranquila nos podría haber pasado a cualquiera,- note sus manos en mis hombros- vamos a buscar leña.
Me gire hacía Damien y vi como le dirigió una mirada a Melani que estaba parada supongo que alucinando por mi torpeza. Pareció despertar de golpe.
-Esperar que voy con vosotras- era como si Damien le hubiera dado una orden con esa mirada, mientras Matt y Jack sacaban las cosas de los coches y Erik le echaba una mano a Damien con la tienda.

Cuando nos alejamos del claro tuvimos que atravesar el bosque, al empezar a entrar por el, note la mano de Elena cogiendo la mía, ella sabía que era propensa a aterrizar en el suelo y si no lo creían ya les había dado pruebas, Melani estaba justo detrás nuestro.
Empezamos a recoger ramas que había por el suelo, con una de esas ramas me arañe la mano mire hacía Elena y vi que no se había dado cuenta, mejor suficiente había echo yo ya. Luego dirigí la mirada hacía Melani que si que se había dado cuenta, sus enormes ojos violetas miraban la sangre que brotaba de mi arañazo como si la tuviera hipnotizada. Por puro instinto cerré la mano y ella desvió la mirada muy rápido.
Vi como Melani se alejó un poco de nosotras mientras Elena y yo seguíamos juntas cogiendo las pequeñas ramas.
Volvimos al campamento con todas las ramas en los brazos, Jack y Matt vinieron a coger la leña de nuestros brazos, sentí un escalofrío al ver la mirada que me dirigió Matt, no supe que significaba, de la nada salió Damien que puso la mano en el hombro de Matt apartándolo de mi.
Él me miro con una sonrisa dulce, cogió la mano en la que tenia el arañazo le dio la vuelta y miro mi arañazo. Beso mi mano, note un cosquilleo en el arañazo mientras se desvanecía el dolor que me producía la herida.
Soltó mi mano agarrando mi cintura y besando mis labios con una dulzura infinita.
-Kasia, ya esta curado no se te infectará.
-Vale, gracias Damien por salvarme de la caída y curarme- Pensé que se lo tendría que haber dicho Melani sino como lo había sabido.
-Dormiremos tu y yo en la tienda que has estado montando, Erik dormirá con Jack, Melani con Matt y Elena en su tienda.
-Vale, perfecto.
Le volví a besar notando ese frío tan agradable. Luego mire mi mano y vi que el arañazo había desaparecido, mire hacía Damien y lo vi sonreírme.

Después mire a mi alrededor, vi a Melani ayudando a Erik a montar la hoguera y a Elena rebuscando en su bolsa. Me acerque a ella para ayudarla.
-¿Que pasa Elena?- Levanto la mirada hacía mi rostro.
-No encuentro el mechero.
Me agache a su lado y ambas lo buscamos, no apareció y Jack fue a buscar dos piedras para encender la hoguera.
Erik cogió las piedras que Jack le había entregado y se puso a darles golpes.
Elena, Damien y yo le observamos mientras los demás sacaban la comida da las bolsas y neveras portátiles.
De repente sentí un fogonazo de calor en mi interior y a la vez los brazos de Damien protegiéndome, como si él también lo hubiera sentido. Mi interior ardía por ese poder mientras los bazos de Damien eran fríos a mi alrededor.
-¡Ala! Que rápido Erik, cacho llama.- Elena estaba exaltada pero a mi me extraño que aquella llama no hubiera producido humo al quemar la leña, cogí fuerte los brazos de Damien para que no me soltará. Gire la cabeza y vi como Melani, Matt y Jack miraban fijamente a Erik como si fuera algo extraño. Volví a mirar a Erik que sonreía mientras miraba su llama y Elena se calentaba las manos en ella.
Él me miro con una sonrisa, cuando se encontró con mis ojos cambio su cara, al darme cuenta de ello solté el brazo de Damien y eche a andar hacía Erik, note cierta resistencia en los brazos de Damien respecto a soltarme pero lo hizo.
Me arrodille delante del fuego observándolo, Elena también tenia la mirada en mi. Ese fuego tenia algo que me producía escalofríos, lo sentía en mi interior como si el fuego corriera por mi sangre.
-Kasi, ¿estas bien?- Erik toco mi brazo, de repente volví a la realidad, aparté la mirada del fuego y le mire a él. Sonreí y le dije que si moviendo todos mis rizos. La sensación de que mi sangre ardía había desaparecido por completo.

Preparamos la cena y comimos todos juntos. Después de esa cena explicamos relatos de terror alrededor del fuego ya que la noche cogía protagonismo a nuestro alrededor. Me acurruque en Damien y le cogí la mano a Erik ya que siempre me asustaban esos cuentos tontos. Damien me daba seguridad pero era Erik quien me daba tranquilidad, sin su mano no conseguía la calma.
Melani era una experta en explicar historias mientras los demás nos asustábamos.
Después de las historias apagamos el fuego y nos metimos en nuestras tiendas, me tumbe al lado de Damien que me abrazó y beso mi frente.
-Corazón ¿tienes frío o estas bien?
-Estoy perfecta, me encanta tu tacto frío.
-Me alegro, ahora a dormir que tienes cara de sueño.
Bostece acurrucándome en sus brazos mientras él acariciaba mi pelo, no gane la batalla al sueño y me dormí enseguida con aquel frescor que me recorría y calmaba mi calor.

Me despertó el sol que me iluminaba la cara, al abrir lo ojos lo primero que vi fue el rostro de Damien sus hermosos ojos como la plata que me observaban.
-Buenos días mi amor.- Su voz era tan dulce que en vez de contestar bese sus labios, fue un beso maravilloso, note sus manos al alrededor de mi cuerpo acariciándolo.
Se abrió la cremallera de la tienda y pude oír la voz de Melani y Erik a la vez:
-¡Buenos días tortolitos!
-Ala, ya les habéis estropeado la intimidad- Esa era Elena que salia en mi defensa.
Damien cogió mi rostro entre sus manos para que no apartara mis labios de los suyos, entonces Melani opto por el plan B.
-Se siente ¡arriba!- Melani se tumbo a nuestro lado cogiéndome por la cintura y apartándome de Damien.
-Eso a por ellos- Vi a Erik ponerse al lado de Melani. Ella me soltó encima de Erik que me abrazaba y se reía. -Ahora que Kasi, te he secuestrado y Damien se queda sin ti.- Melani se reía y Erik también.
Note un golpe de aire a mi alrededor y me encontré en los brazos de Damien.
-Vuelve a ser mía.
Erik estaba atónito y Melani se reía con todas sus fuerzas mientras Elena nos observaba desde fuera la tienda, luego ella también se tiro por encima nuestro, era alucinante, cinco personas dentro de una tienda para dos.
Empezó una guerra en la cual Damien y yo intentábamos echar a los intrusos pero resulto imposible, eran tres contra dos. No fue justo ellos nos hacían cosquillas sin que pudiéramos evitarlo o al menos me las hacían a mi.
Oí la voz de Jack que nos llamaba a desayunar. Me intente levantar pero entre Melani y Damien me volvieron a tirar. Elena y Erik se reían de mi caída que esta vez no había sido culpa mía.
Nos costo pero conseguimos salir de allí, e ir a desayunar.
Después de desayunar empezamos a recoger las cosas que teníamos desperdigadas por todas partes. Y a cargarlas en los coches.
Mientras conducimos de vuelta a la civilización pensamos en lo bien que nos lo hemos pasado allí.
El resto del día preparé las cosas para el viaje, un viaje a la gran capital francesa, y pensando que ojala fuera tan divertido como la acampada.

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