sábado, 24 de marzo de 2012

Capitulo 17 La adivina



Me sorprendió el tono sombrío de su voz al decir esa ultima oración. Le mire a los ojos pero no obtuve respuesta, llego Erik con paso tranquilo y muy pálido.
Miro a Damien en su mirada había algo extraño que no supe interpretar, era una culpa o terror no estaba segura aunque primero debía hablar con Damien del asunto. Aunque no era capaz de imaginarme algo tan malo que podría haber pasado entre ambos, seguramente seria una riña o una pelea sin importancia pero los dos hacían una montaña de un grano de arena, pero aun así me preocupaba el semblante sombrío de los dos.

El desayuno fue a base de croasanes buenísimos y en mi caso un vaso de leche con cacao calentita. Erik casi no comió igual que Damien si dijera que se comieron un croasan cada uno estaría exagerando, no se miraron en todo el desayuno, Elena en nuestro lenguaje me dijo que estaba preocupada, le contesté que yo también lo estaba.
Salimos a pasear por la ciudad para conocerla, iba con Damien de la mano, a nuestro lado Elena y más allá Erik, le pasaba algo se mantenía alejado de nosotros, como si hubiera echo alguna cosa y tuviera que castigarse a si mismo por eso.
Mire a Damien a los ojos haber si podía encontrar algo en aquel mar de plata, solo encontré barreras que me impedían llegar a su interior, en su mirada siempre había sinceridad, pero en aquel momento era un semblante serio e indescifrable.
Después de caminar durante una hora y notar el alejamiento de Erik se me ocurrió alejarme con Damien haber si conseguía descubrir que pasaba. Mire a Elena y le hice una indicación diciendo que me iba con Damien para hablar, ella asintió pero en el fondo vi su preocupación, ella notaba lo mismo que yo, que hablar con Erik era como hablar con un muro, daba las mismas repuestas, si intentabas poner la mano en su brazo el lo alejaba como si el mero contacto lo dañara.
Tiré de la mano de Damien:
-Mira esa tienda, entremos a mirar- Le arrastré dentro de la tienda, una vez dentro le miré a los ojos él ya supo que era lo que quería- Damien, explicame que paso anoche con Erik, esta distante y me preocupa.
-Pues Kasia lo que pasa es que anoche me atacó con un cuchillo.
-¡Dios!¿Te hirió?¿Estas bien?¿Que pasó?-Agarro mi cara y me beso para tranquilizarme ya que empezaba a sufrir un ataque de ansiedad, su mirada me calmo al instante aunque mi mente seguía en pleno revuelo mi cuerpo se relajaba.
-No me paso nada estaba despierto y me aparté.- Su tono era mucho mas suave de lo normal como si con el intentara tranquilizar mi mente.
-¿Como es posible? Te juro que Erik no haría eso- notaba como el ataque volvía.
-Lo se, tranquila, será nuestro secreto. Cuando volvamos te explicaré la verdad, porque puede que Erik sea...-Dejó la frase a medias mientras reflexionaba.
-¿Sea que? Damien amor.
-Nada, olvidalo. Es una teoría que espero que no sea cierta.- Me beso y volvió a coger mi mano, aunque su frase fue algo parecido a una orden mientras había posado sus ojos en los míos, la plata brillo y sentí como el medallón desprendía una calor especial como si hubiera absorbido esa mirada.
-Puede ser sonámbulo.- Al oír mi voz Damien me miro a los ojos estudiando mi rostro como si le extrañara que se lo comentara de nuevo.
-Si puede ser, sí será eso- salimos de la tienda como si nada hubiera sucedido. Aunque mi mente seguía dando vueltas al porque Erik hacía aquello.
Al volver con Elena y Erik vi como él estaba ausente y ahora lo entendía, pero que podríamos hacer para que no sufriera, aunque lo que había echo era horrible, pero parecía mas arrepentido que otra cosa.
El resto del paseo fue igual con Erik distante, decidido tenia que hablar con él, solté la mano de Damien y me acerque a Erik.
-Hola Erik, ¿que te pasa?- Él me miro.
-Nada Kasi.
-No disimules lo sé, Damien me lo ha contado.- Me miró horrorizado. Le cogí la mano.- No te tortures, serás sonámbulo y no lo has echo queriendo, Damien lo sabé y no esta enfadado de verdad, aunque como lo intentes de nuevo puede que tengamos un serio problema.- Le guiñe un ojo mientras le sonreía para calmar su tensión.
Le abracé y sentí como me devolvía el abrazo, le susurre en la oreja:
-Ya esta, a pasado y no pasará nada más. Confió en ti.-Le mire y él sonreía, sentí la energía que tanto me asustaba, volvía a salir a la luz, al intentar alejarme de su abrazo el me sujeto con fuerza contra él, sentí la mirada de Damien en mi espalda y supe que Erik le miraba a él. Damien se acerco a nosotros, me alejo de Erik con un movimiento rápido, me apretó contra su pecho como si intentara demostrarle a Erik que yo estaba con él. Aquello era una tontería por que Erik solo era mi mejor amigo desde que tenía uso de razón. Erik se acerco con paso tranquilo poso una mano en el hombro de Damien y murmuro algo que no fui capaz de entender, Damien me abrazo con mas fuerza contra el haciendo un sonido que me sorprendió.
El resto del día estuvimos todo el grupo junto y divirtiéndonos de verdad. Después del paseo fuimos a comer y a ver museos, la energía no volvió a aparecer y Damien parecía relajado aunque vigilaba a Erik.

Cuando volvimos al hotel fuimos todos a la habitación que Elena y yo compartíamos. Al llegar a la habitación me puse a buscar las cartas que había traído par entretenernos hasta la cena, a todos les gusto la idea. Empezamos jugando normal y acabamos inventándonos juegos con las cartas, como verdad o atrevimiento pero le tocaba pringar al que perdía.
Raramente me toco a mi pocas veces las mayoría fue para Erik y Damien. Los juegos nos mantuvieron entretenidos hasta la hora de dormir, Damien ya me había advertido que dormiría en el sofá de la habitación, seguía enfadado con Erik, pero deduje que lo enfado mas aquel abrazo que no lo sucedido la noche anterior, era un muchacho impresionante, le parecía mucha mas importante todo lo que pasara a mi alrededor antes que lo que le pueda pasar a él.
Me desperté a medianoche con los rizos pegados a mi rostro y la garganta dolorida por el alarido que había escapado de esta, me toque la cabeza pensando que estaba herida, soñé que me golpeaban con fuerza y la niebla no me protegía del golpe, no vi quien me golpeaba en el sueño pero si sentí aquel fuerte dolor. Elena me miro con lo ojos muy abiertos, la había asustado con mi grito.

*

Me tumbé en aquel incomodo sofá, prefería aquello que compartir cama con aquel que tenía la intención de robarme aquello que me devolvía el aliento y hacía que mi corazón latiera de nuevo. Recordé sus brazos al alrededor de ella y los colmillos se abrieron paso en mi mandíbula, encima había osado posar la mano en mi hombro y susurrarme que era suya, como se atrevía.
De repente un grito rasgo la noche, oí a Kasia gritar, me levanté de un saltó y corrí a su habitación, desde la puerta oí su respiración fuerte, abrí la puerta y vi a Elena apartándole aquellos bonitos rizos rojos del rostro mientras Kasia tenia la mirada perdida y la mano sobre su cabeza. Corrí a su encuentro, Elena se apartó para dejarme sujetarla, aquella muchacha también era extraña, sintió mi presencia antes de que me acercara.
Sujete a mi princesa, abracé su frágil cuerpo sintiendo como se estremecía cuando la toque, se quito la mano de la cabeza y dirigió sus ojos hacía mi, vi aquel brillo, en sus ojos la naturaleza estaba apunto de desbordarse.

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