jueves, 22 de marzo de 2012

capitulo 16 El viaje


Por la mañana en la puerta del instituto todos con nuestras maletas, Erik llevaba una maleta de dimensiones impresionantes. Mientras Elena, Damien y yo las llevábamos de medidas normales, él es el exagerado ni que fuéramos a estar un mes fuera.
Melani, Jack y Matt estaban allí para despedirse de nosotros, se quedaron con ganas de venir seguro.
Abrieron el autocar para que subiéramos, Damien cogió mi maleta y la puso abajo con la suya, después Elena y Erik también pusieron las suyas. Nos subimos al autocar, nos esperaba un viaje de unas siete horas en ese autocar.
Me senté junto a Damien y al lado de nuestros asientos Elena y Erik.
Damien en el lado de la ventana y yo en el pasillo así podría hablar con mis amigos. Llegaríamos al anochecer, y mi novio tendría que compartir habitación con mi mejor amigo.
Me acurruque en Damien ya que siempre esta fresquito, aunque esta mañana no lo estaba tanto como el resto de días, me miro a los ojos y me beso note sus labios fríos pero no tan fríos como creí que estarían. Pero era agradable igualmente, me puse de cara a mis amigos, con la cabeza y la espalda en él, note como besaba mi pelo y vi sus brazos alrededor de mi cuello. Cogí una de sus manos y la bese mientras los demás se acomodaban en sus sitios.
En cinco minutos ya estábamos en marcha, en frente mio veía a Erik que estaba en el lado del pasillo, casi ami lado y a su lado Elena en la ventana. Erik hacía el tonto mientras lo miraba, Elena le ignoraba mire hacía arriba para ver la cara de Damien, alucinaba, es lo normal sino Erik no haría el payaso.
Le saque la lengua a Erik que puso cara de indignación, mientras Elena se reía igual que Damien.
De repente delante de mi cara apareció un libro, un libro que yo quería, tan ni siquiera me di cuenta de cuando Damien quito el brazo de mi cuello. Mire hacía su cara y me encontré con sus labios.
Empecé a ojear el libro, note el tacto del cabello de Damien en mi oído cuando me dijo:
-Se que querías ese libro, es para ti un regaló- beso mi cuello y deje de notar el tacto de su cabello.
-¿Que libro es Kasi?-Era la voz de Elena, levante la vista del libro para contestarla.
-Es el de los dragones que te hable- Elena asintió y estiro el brazo para que se lo pasará, se lo di a Erik que se lo pasará. Pero al dárselo me quede sin diversión así que le pedí el móvil a Damien.
El me lo dio sin pensárselo. Mire la agenda y solo encontré mi numero y el de Melani, no tenia el teléfono de sus padres ni de nadie así. Yo ya sabía que vivía solo pero de ahí a que no tenga ninguno.
Levante la cabeza y le mire a los ojos, él siguió mi mirada cogiéndome el móvil de las manos con dulzura, mientras lo miraba oí una voz que decía mi nombre, me puse derecha de golpe y vi a Erik con las manos delante de la boca poniendo esa voz rara mientras Elena se reía con todas sus ganas.
Me eche a reír yo también cogiendo el libro, por lo bajo pude oír el sonido melodioso de la risa de Damien.

Me pase parte del viaje leyendo mientras Damien acariciaba mi cabello. Erik y Elena escuchaban música. Cuando empecé a marearme cerré el libro y apoye la mejilla en el pecho de Damien, cerré los ojos dejándome acunar por esa agradable sensación de frío. Note la mano de Damien en mi mejilla y entonces me invadió el sueño. Me desperté abrazada a Damien mientras él leía el libro que me había regalado, Elena y Erik dormían, pero Damien tan ni siquiera mostraba sueño, su mirada era tranquila y no daba sensación de cansancio al contraria que la mía. Él me miro y sonrío, le devolví la sonrisa y volví a poner la cabeza en su pecho, para que ese frescor me diera calma.
Me desperté al llegar a nuestro destino y porque Damien me despertó con besos y caricias, yo desperté a los demás y bajamos del autocar.
En el suelo di un traspié ya que tenia la pierna dormida, sentí el brazo de Damien en mi cintura que impidió que cayera, era fuerte me sujetaba entera solo con ese brazo. Fuimos para el hotel, era bueno de tres estrellas que más podíamos pedir, mi chico llevaba su maleta y la mía aunque al llegar al hotel me la dio, dejamos las maletas en las habitaciones y fuimos a cenar. Erik, Elena y yo comimos un montón mientras que Damien comió muy poco, me extraño, porque él no daba la sensación de comer tan poco.
Al acabar la cena todos a nuestras habitaciones para descansar después del viaje.
Elena y yo fuimos corriendo a la habitación y al llegar nos tiramos en la cama, era una cama enorme de matrimonio, tenia un colchón blandito que daba la sensación de que sería cómoda. La habitación era mona, tenia unas pequeñas lamparas, era enmoquetada y tenia un sillón al fondo. La cama se encontraba en el centro y a cada lado de está una mesita con otras lamparitas. Al lado de la puerta estaba el baño, era un baño grande con bañera.
Las dos nos pusimos el pijama y una vez cambiadas nos miramos la una a la otra y empezamos a reírnos como tontas ya que las dos pensamos en la gracia que le haría a los chicos encontrar la cama de matrimonio que les obligaba a dormir juntos.
-Piénsalo Kasi, llegan a la habitación y se encuentran esta cama, solo una para dos- Ella me miraba a los ojos mientras se reía.
-Se acordaran de algo mio, pero así se harán amigos je.
-A la fuerza.
Las dos estiradas en la cama nos reíamos imaginando la situación que habría en la otra habitación.

*
Llegamos a la habitación, Erik llevaba su maleta arrastro, casi no podía llevarla, al entrar nos encontramos la peor sorpresa de la noche una cama para los dos. Eso era lo peor que me podía suceder, al menos en mi cama no tendría que disimular tanto allí si.
Nos pusimos cada unos su pijama sin intercambiar palabra. Cada uno se tumbo en un lado lo más alejado del otro posible. ¿Porque me pasaba aquello a mi?, ¿como me había convencido Kasia para aquello?
-Que quede claro que estoy aquí por ella, no para conocerte- Era lo mejor que se me ocurría en aquel momento.
-Lo mismo digo, preferiría estar en otro lugar te lo aseguro- No me di la vuelta ni para mirarle a la cara, no me era necesario.
En mi lado lo más lejos de él posible, podía observar como el hacía lo mismo, cerré los ojos mientras pensaba en las largas horas que tenía que pasar haciendo ver que duermía.

Los minutos pasaban como si fueran horas, y las horas eran eternas, note un ligero movimiento a mi lado, Erik se acercaba a mi, note su mano palpando mi espalda, automáticamente me pusé en guardia, noté mi cuerpo tensarse. Agarró mi camiseta y me arrastró hacía él, por supuesto ya no me dejaría arrastrar.
Noté que dejó de estirar pero se me acercó y noté sus brazos en mi espalda, me di la vuelta todo lo rápido que me dio el cuerpo, me lo encuentre de cara, su cara era una mascara de sorpresa supongo que ni tan ni siquiera percibió mi movimiento solo encontró mi rostro.
-¿Que haces?- Creo que mi voz era ira pura.
-Lo siento, pensé que era la manta- Estaba muy sorprendido, no se esperaba que estuviera despierto.
-Coge la que quieras, yo no tengo frío- estire la manta y la eche hacía su lado- quedate la toda, yo no la necesito.
Puso su mano sobre mi pecho.
-Estas frío,¿no estarás enfermo?- Entrecerré los ojos y intente ejercer control mental para que me dejara tranquilo.
Pareció no surgir ningún efecto y seguía mirándome con los ojos muy abiertos.
-No estoy enfermo, soy así siempre estoy frío por eso, mi novia, Kasia esta tan a gusto ami lado ya que no soporta la calor.- Me miro fijamente como si yo no tuviera que saber eso.
-A vale, lo siento buenas noches- Me dio la espalda igual que hice yo.
Seguí con los ojos cerrados oyendo pasar el tiempo, la segundera, cada uno de sus segundos, a los cinco minutos mi mente ya se ha ido junto a mi amor que en esos momentos debía dormir con sus rizos rojo sangre sobre la blanca almohada. Recordando como la vi dormir sobre mi pecho como sentía su corazón y el tacto de seda de sus cabellos.
Las horas pesan mientras yo dirigía mi pensamiento a la antigüedad, aquel primer encuentro con sus ojos de Gaia.
Note un golpe fuerte de viento que me tiro de la cama, no me se explicar como era posible que el viento me lanzase fuera de la cama si mi cuerpo era pesado como la roca.
Erik encendió la luz al oír el golpe, me levante deprisa, a una velocidad que su ojo no apreciaba y volví a la cama, y me tumbe de espaldas. Al mirar solo me vio en la cama no vio mi viaje al suelo.
-¿Que haces Erik?- Mi voz sonó lo más extrañada posible.
-La pregunta más acertada sería que es lo que haces tu, ya que a sido a tu lado donde ha sonado el golpe.
-Habrá sido la corriente de aire que he notado.
-Si, corriente de aire si esta todo cerrado,- ya empezaba a subirme la ira, pero tenia que controlarla delante de un simple humano- anda Damien estate quieto y duérmete.
-Lo mismo digo Erik.- Que se pensaba darme ordenes a mi porque es importante para Kasia sino le hubiera partido el cuello como si fuera una ramita.
En esos momentos tenia ganas de salir a que me diera el aire de la noche, pero necesitaba aguantar disimulando, porque después del viaje le contaría a Kasia la verdad.

Al rato de hacerme el dormido note movimiento a mi lado, se levanto y se dirigió hacía el baño, los sonidos de sus pisadas eran muy sonoras. Abrí los ojos y esperé a que saliera, no confiaba nada en él.
Salió con paso rápido y pude ver algo brillar en su mano. Era un cuchillo, afilado por como resplandecía con la luz de la noche, de mango lago para poder sujetarlo bien, se me acerco despacio como si intentara no despertarme, lo empuño como si fuera una daga. Con un movimiento rápido me aparte de la trayectoria del arma clavándose esta en el colchón, me incorpore y le mire con los ojos inyectados en ira. Pude observar como todo el se estremecía mientras yo instintivamente mostraba mis colmillos, pude ver como se despertaba, mientras guardaba mis colmillos. Miro el cuchillo con los ojos muy abiertos como si se sorprendiera.
-¿Que hace eso ahí?- Lo miraba como si nunca lo hubiera visto.
-Como si no lo supieras, tu me has intentado matar con el- Parecerá extraño pero era cierto perecía que lo hubiera visto por primera vez, empece a pensar que tenía doble personalidad porque siempre que sucedía algo él esta involucrado. Pero no era capaz de explicarme como ni porque. Me miraba horrorizado no sabia ni que decir.- cogelo y olvidemos lo.- Cogí el cuchillo y lo deje en la mesilla- Ni lo mires, ¿entendido?
Su mirada era de horror puro, asintió con la cabeza mientras no se veía capaz ni de abrir la boca.

El resto de la noche fue alucinante, o venían cosas hacía mi movidas por el misterioso viento o se me insinuaba el amigo de Kasia, nunca pensé que durante una noche pudiera estar tan entretenido.
Me cambie rapidísimo dejando a Erik detrás mio y fui corriendo al comedor donde vi a Kasia que me sonreía, corrí hacía ella, tomándola en mis brazos. Bese sus cálidos labios ella y Elena me miraron atónitas.
-Buenos días amor- Su voz sonaba sorprendida.
-Buenos días corazón- la abracé y le susurre en su pequeña oreja- nunca más vuelvo a dormir con él, sino rodaran cabezas.
-Jeje, exagerado.
-Va enserio tenemos que hablar sobre una cosa que paso pero a solas.

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