viernes, 23 de diciembre de 2011

Capitulo 12 Enemigos no deseados



Los paseos matutinos eran parte de la vida de Damien, le hacían recordar a Melani y a su pensamiento sobre la obsidiana. Aunque por las noches más bien se veía tentado de ir a casa de Kasia y observarla dormir, pero le parecía que seria violar su intimidad y más si era el diablo quien la vigila.
Miró el paisaje todo iluminado por el sol recién nacido. De repente como de la nada apareció Erik, el mejor amigo de Kasia, para Damien era un muchacho extraño pero nunca le había dado asunto.
La luz se hizo intensa y notó algo que le enreda los pies, miró hacía el suelo o lo intentó ya que aunque lleve la obsidiana la luz muy intensa le cegaba.
Cuando consiguió mirar el suelo vio unas enredaderas alrededor de sus piernas y un fuerte golpe de aire intentó tirarle.
Esperaba que Erik estuviera bien porque eso era obra de un hechicero, pero parecía saber que era un vampiro antiguo, porque no atacaba de frente. Intentó concentrar todo su poder mental para utilizar un ataque psíquico ya que aunque le conozca las enredaderas no son muy poderosas. Le conoce pero era débil.
Envió todo su poder hacía el foco de magia, oyó un golpe sordo que supuso que seria la caída del hechicero. La luz se fue debilitando, empezó a recuperar la visión y notó menos presión en la piernas.
Sacó los colmillos preparándose para atacar pero al recuperar toda su visión solo vio a Erik en el suelo, él no podía ser el hechicero, porque si lo era Kasia estaba en peligro de nuevo y esta vez no permitiría que nada ni nadie se la arrebatara.

Escondió los colmillos deprisa al ver que Erik recuperaba el sentido, lo tendría vigilado, ya que no estaba seguro de que fuera él. Cualquier hechicero sometido a una descarga de poder como esa no estaría recuperando el sentido tan deprisa.
Porque ese poder también va aumentando con los siglos.
 Se levanto despacio, parecía aturdido, le miro y le dijo:
-¡Buenos días Damien!- Le dejó parado su cambio- ¿que pasa que me miras así?¿No me habré manchado? Por favor dime que no.
Parecía no saber lo que había sucedido, como si simplemente hubiera tropezado.
-No, no te has manchado.-Le dejo atónito con su respuesta.

*
En clase note cierta tensión entre mi novio, que bien poderlo llamar así, y mi mejor amigo.
Solo llegar por la mañana Damien me abrazo en gesto protector y me beso con dulzura, mientras que miro a Erik con desconfianza y rabia.
El mal rollo era como se miraban bueno más bien era Damien en clase miraba con odio a Erik pero a la que miraba a Erik el estaba sonriendo tan normal. Volvía la mirada hacía Damien y entonces era cara de sorpresa. Era extraño se pasaban las horas así, a Elena también la sorprendían sus juegos porque ella los veía igual que yo. Aparte a todo eso sumarle que me sentía un poco estúpida mirando cada cinco minutos a ambos lados.
-Damien ¿que te pasa con Erik? En serio no lo entiendo pero si es un chico encantador, porque le miras con ese odio- Damien me miro con sus ojos de plata, me abrazo susurrándome:
-Hay tanto que no entiendes pero te prometo que te lo explicaré- me soltó de su abrazo y me miro a los ojos- deja que te proteja un poco más.
-De acuerdo pero prometeme que me lo dirás.
-Prometido- Me beso, volví a notar ese tacto frío y agradable.
Al volver a casa con Erik no note nada extraño estaba con su felicidad habitual ya no había rastro en el de esa energía rara que había notado emerger de él. Pero si le pregunté que le pasaba a Damien con él, cosa para la cual no tenia respuesta.

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