miércoles, 7 de diciembre de 2011

Capitulo 4 Melani


 Su nombre era Melani, tenía impulsos de una homicida en todas las de ley, caprichosa como una niña pero mortal como la más peligrosa de las víboras. Creía que matar se trataba de un juego y no era así, Damien hacía todo lo posible para mostrarle que la vida humana tenía importancia, para él la vida humana era lo mas importante y era tan frágil, matar no era el objetivo, tenía que ser capaz de jugar con sus dones para conseguir alimento sin dañarlos. Aunque Melani tuviera todos eso problemas Damien la podía controlar, era un trabajo agotador pero podía manejarla ya que a medida que pasa el tiempo los vampiros se hacen más poderosos, aunque no lo aparentan, porque sin un control los joven puede causar estragos como arrancar puertas al abrirlas o tirar arboles de un ligero empujón, pero eso no era poder, era falta de control.

Después de varios años de control y entrenamiento Melani era poderosa y era capaz de controlar todo el poder que las tinieblas le habían regalado. Pero el eterno problema la elección de las victimas y el como disimular, Seguía bebiendo sin control la frenesí por la sangre era dura pero tenía que aprender a sobre llevarlo, no podía ser un monstruo de pesadillas que asusta a los niños con sus colmillos.

Ella observaba a Damien con sus ojos violetas fijos en él, cepillando su cabello delate del pequeño tocador que componía la habitación de un pequeño hotel donde practicaba su control mental, ellos no tenían porque pagar si ella era capaz de controlar a los dueños del lugar, era una tarea un poco difícil, ya que no podía permitirse el lujo de ignorar ningún detalle.
-Damien, ¿cuando saldremos? Estoy hambrienta, y no me puedo controlar más- empezaba ha estar pálida pero no era para tanto, sus ojos aún eran humanos- joo... no me mires así no estoy desesperada. Lo prometo.
-Ya, seguro, pues aguanta no siempre que te entre un poco de hambre tenemos que correr, aprende a controlarlo- La voz de Damien era cortante como un cuchillo pero con esa niña tenia que ser así- y aparte piensa en los hechiceros no pueden encontrarte, recuerda que me siguen.
-¿Esta noche también iremos a ver la tumba de Gabrielle?- Damien bajo la vista hasta las baldosas la echaba de menos por eso cada noche la arrastraba a ese lugar, ella iba sin rechistar respetando la tristeza que habita en la alma de Damien, seguía roto y culpable- Le llevaré mimosa seguro que le hubiera gustado, me gustaría tanto haberla conocido...
Melani era una chica encantadora, de camino al cementerio siempre llevaba un pequeño ramo de flores, era una homicida descontrolada y peligro era su segundo nombre pero tenía buen corazón.
Después del cementerio venía su parte favorita de la noche la de buscar algún manjar, le encantaba jugar con sus presas antes de probar bocado, empezaba la noche con algún apuesto joven que la invitaba a una copa, ella tomaba su copa y luego tomaba de él mientras Damien la vigilaba desde lo lejos. En segundo lugar alguna chica fácil que no aguantaba y por ultimo un cualquiera. Damien por lo contrario con una joven tenía suficiente ya que a medida que pasan los años la sed se va calmando, nunca desaparece pero cada vez necesitan menos.

Pero esa noche paso algo fuera de lo habitual una de sus presas, la primera, el joven resulto no ser lo que pensaban, era un hechicero que la dejo creer que estaba bajo su control pero los vampiros no pueden ejercer control mental sobre esos seres.
Él creyó que estaba sola así que la arrastro con él a un callejón donde creyó que podría eliminarla sin llamar la atención.
Ella se dejo llevar creyendo que era un joven humano, Damien los seguía preocupado por Melani, porque un joven controlado no tendría agudeza mental para llevarla con él, sino que sería un mero títere que se dejaba arrastrar por el vampiro.
Observó el juego del hechicero, cuando la tubo a solas le propino un golpe mientras pronunciaba un hechizo en su lengua porque la lengua de la magia es solo conocida por ellos, porque solo los seres mágicos podían llamar su fuerza.
Damien saltó delante de ella mostrando sus colmillos y siseando como una serpiente, él se sobresaltado no había sentido su presencia, eso significa que era un hechicero inexperto.
Vio como en sus manos se congregaba más magia gracias a otro hechizo, lo lanzo pero no llego a dañar a Damien ya que era un vampiro lo suficiente antiguo para que una magia tan débil no causase ningún síntoma en su piel.
Intento correr pero enfrente tenia a Melani mostrando sus colmillos esperándolo y detrás estaba Damien, un vampiro antiguo.
El joven no sabía que hacer, intento lanzarles otro conjuro pero antes de que lo consiguiera Damien ya había llegado a su cuello, era tan inexperto que ni siquiera sabía que debía proteger su cuello de sus colmillos si quería salvar la vida. Lo mató rápido, dejó caer el cuerpo en aquella callejuela, lo abandono sin tan ni siquiera detenerse a ocultarlo.
Melani le observo con los ojos desorbitados, era la primera vez que él mataba, saltó delante de ella con una elegancia felina y a una velocidad que no lo pudo seguir con la vista. Melani corrió hacía él, que la dejaba atrás, posando la mano en su brazo intentando detenerlo, Damien freno un poco el paso para ponerse a su altura.
-Damien ¿que aremos con el cuerpo?- Su voz parecía que iba a quebrarse.
-Dejalo hay, es un aviso para el resto de hechiceros, así nos temerán.
-Pero los humanos lo encontraran.
-Jamás, los magos no lo permitirán, les interesa conservar su secreto.
-Lo has matado- Eso era lo que ella quería decir desde un principio no el resto de preguntas absurdas.
-Lo se.
-¿Por que? Tu no matas.
-A ellos si, es una cuenta pendiente, y si no lo hubiera matado volvería a por ti, ya que sabe como eres y también que vas acompañada por mi.- Esa noche no probo bocado, estuvo afligida por la muerte que había visto.

A Melani le costo años controlar sus habilidades pero gracias a la paciencia y la ayuda de Damien el descontrol y el matar termino. El tiempo y la rutina le habían echo bien y estaba muy contenta de ser por fin la poseedora y no la poseída, ya era capaz de controlar todos sus cambios, sus trastornos y sobre todo la sed que parecía dueña de todo su ser.
Se dirigieron a casa de los descendientes de Eleni ya que hacía unos diez años que no vigilaban el paso de las generaciones, ya que la vampiresa alocada no era una buena compañía a la hora de cuidar de unos humanos.
Se acercaron a la casa donde podían ver a una niña de cabello negro y ojos verdes que mira con desagrado la reliquia familiar, la muñeca de Eleni que había pasado de generación en generación como la niña había deseado, Damien pudo apreciar los pequeños bultos que aún conservaba la muñeca, los que pertenecían a los pendientes, nadie los había tocado, seguramente no sabían ni de su existencia.

De repente se oyó una voz infantil que venía de la cocina. Entonces Damien la vio, la pequeña niña de pelo de fuego y ojos verdes, mirando a su prima con extrañeza.
-Arantxa, ¿no la quieres?-pudieron escuchar todo lo que decían a través del cristal gracias a su avanzado oído.
La niña llamada Arantxa miro a la acabada de llegar.
-No, es fea, ¿no me digas que te gusta?- en su rostro había sorpresa.
-Si me gusta, es una reliquia familiar y si no la quieres me la quedo- Damien no daba crédito a su vista, no podía ser Gabrielle, Melani lo observaba con cierta preocupación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario